Autores
Manuel Andrés Soage Quintáns1, Álvaro Picazo Iranzo2, Sandro Andres Martínez2, Francisco Javier Fernández Fidalgo2, Juan Carlos Mosquera Feijóo2
1ETSI Caminos, Canales y Puertos, Universidade de A Coruña, Madrid, España
2ETSI Caminos, Canales y Puertos, Universidad Politécnica de Madrid, Madrid, España
Resumen
Ante los rápidos cambios y la sobreabundancia de información, los estudiantes universitarios necesitan desarrollar habilidades que les permitan adaptarse a retos sociales, ambientales y tecnológicos desconocidos, progresar continuamente y asumir un rol activo en su aprendizaje. Es fundamental prepararlos para empleos, tecnologías y problemas aún inexistentes o desconocidos. Desde esta perspectiva, resulta coherente integrar el enfoque de aula invertida con el de aprendizaje permanente, ya que ambos promueven un aprendizaje activo, flexible y centrado en el estudiante. Mientras el primero fomenta la autonomía en contextos educativos concretos, el segundo plantea una visión de aprendizaje continuo que trasciende la educación formal. Su combinación no solo es posible, sino que potencia la adquisición de competencias del siglo XXI y fortalece la preparación tanto para objetivos académicos inmediatos como para el desarrollo profesional futuro. Este documento ofrece algunas reflexiones sobre su integración en entornos de estudiantes nativos digitales capaces de entroncarlas para su formación permanente.